VALENCIA (8ª de abono): Puerta grande para Leonardo Hernández.

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Valencia, 24 jul (EFE).- La plaza de toros de Valencia despidió con una buena entrada en el festejo de rejones su Feria de Julio. Triunfó con fuerza Leonardo Hernández abriendo la última puerta grande del ciclo dejando patente que se le da de maravilla la capital del Turia.

Pudo acompañarle Sergio Galán, pero marró con el rejón de muerte.

Ficha del festejo:

Se lidiaron cinco toros de San Pelayo y uno de Carmen Lorenzo (4º), reglamentariamente despuntados para rejones, con cuajo y romana -promediaron 600 kilos de peso- y de buen juego en líneas generales para el toreo a caballo.

Sergio Galán, ovación y ovación.
Leonardo Hernández, oreja y oreja con gran petición de la segunda.
Manuel Manzanares, palmas en ambos.

Tres cuartos de plaza en tarde agradable.

En el último festejo de la Feria de Julio, el de la resaca de la resurrección tomasista, el joven jinete extremeño Leonardo Hernández volvió a triunfar en una plaza que se le da de maravilla y a la que parece tener cogida la medida.

Cortó una oreja de cada toro y salió a hombros.Ante su primero Leonardo se dejó llegar al astado de Capea hasta los mismos pechos de las monturas y destacó en un vibrante tercio de banderillas montando a Oh-31 y Quieto.

Mató de manera eficaz aunque el rejón cayó un tanto desprendido paseó el primer trofeo.

Con el quinto la faena fue más laboriosa pero acabó resultando igual de aclamada. Esta vez Verdi y Xarope, este en el último tercio y con el colocó un gran par a dos manos, fueron los encargados de dar el espectáculo.

El fulminante rejonazo le abría la puerta grande, negándole el palco una segunda oreja que fue pedida con mucha fuerza.

El mal uso del rejón de muerte en los dos toros de su lote emborronó la buena actuación de Sergio Galán, que sustituía al lesionado Andy Cartagena.

Al toro que rompió plaza lo paró de manera magistral montando a Uranio y con Apolo brilló sobremanera montando a Mago.

Brilló de nuevo ante el cuarto, ahora muy bien atemperado de salida con Amuleto y que con las farpas cuajó con Vidrié pero sobre todo con Capea, en los emocionantes galopes a dos pistas y los comprometidos terrenos que pisó. Volvió a marrar con los aceros.

Completaba la terna el alicantino Manuel Manzanares, que con menos oficio que sus compañeros, tuvo las virtudes de la entrega, la disposición y el querer hacer las cosas bien.

Torero de monta clásica y buen concepto al que hay que esperar, dejó lo mejor de su particular tarde ante el sexto montando a Farruquito y Mazzantini.

Texto: EFE
Imágenes: Paco Ferrís